Thursday, October 21, 2010

KOTSUKÉ NO SUKÉ
"Nuestra desmantelada república" — Jorge Luis Borges

Por AM

Ya mencioné dos interesantes textos de Jorge Luis Borges que tratan, directa o indirectamente, de la independencia judicial: "El incivil maestro de ceremonias Kotsuké no Suké" (Historia universal de la infamia, 1935) y "El hombre en el umbral" (El Aleph, 1949) [ver]. Gracias al irremplazable Google Books, pude encontrar la fuente utilizada para "Kotsuké": se trata de Tales of Old Japan de A. B. Mitford [1871] (Digireads, 2010). Este texto, nota bene, está explícitamente citado en el segundo párrafo del cuento. Borges re-escribe a Mitford, pero con algunas diferencias: no menciona la palabra hara-kiri (creo que ahora se dice seppuku), acorta el relato de la toma de la residencia de Kotsuké no Suké, hace participar al consejero Oishi Kuranosuké en la muerte del señor de la Torre, y "mata" a su hijo durante el ataque. A la luz de mi rápida re-lectura de Mitford-Borges, ésta es mi cosecha:

[1] Inestabilidad de la propiedad. Como siempre sucede en la historia, la manipulación de la justicia desestabiliza la propiedad. El señor de la Torre es condenado a muerte en un fallo absurdo, y lo pierde todo. Borges: "La Torre de Takumi no Kami fue confiscada; sus capitanes desbandados, su familia arruinada y oscurecida, su nombre vinculado a la execración". Mitford: "... his castle of Akô was confiscated, and his retainers have become Rônins, some of them took service with other daimios, and others became merchants". A notar el toque à la Montesquieu de Borges: se pierde el honor, además de las posesiones.

[2] Inseguridad. Bandas de Rônin circulan por todo el país. ¡Despotismo es inseguridad! Tras el fallo que lo beneficia, Kotsuké no Suké necesita un pequeño ejército de guardias para evitar la venganza de Kuranosuké. Borges: "Kira Kotsuké no Suké, el odiado maestro de ceremonias, había fortificado su casa y una nube de arqueros y de esgrimistas custodiaba su palanquín. Contaba con espías incorruptibles, puntuales y secretos". Sabemos que esto representa un costo enorme, porque ni bien cree percibir un relajamiento en el comportamiento de Kuranosuké, el maestro de ceremonias reduce drásticamente los gastos: "... acabó por despachar la mitad de sus guardias" y se le "alegró el corazón".

[3] El problema del ciclo. Leyendo entre líneas (como siempre hay que hacer con JLB), detectamos otra lección del episodio: fallos burdamente politizados ponen en movimiento un interminable ciclo de venganzas y contra-venganzas. Mitford: "So Oishi Kuranosuké and his forty-six companions began to lay plans of vengeance against Kôtsuké nô Suké". Kuranosuké y sus compañeros saben perfectamente que serán condenados a morir: de todas maneras, llevan adelante la venganza. Aparece aquí el eterno problema del ciclo en Borges, un tema de enorme importancia — tanto en su vida afectiva como en su visión de la política argentina.

[4] La fragilidad del poder despótico. Para abreviar su relato, Borges ahorra muchos detalles de la toma de la residencia del maestro de ceremonias. Aquí A. B. Mitford resulta particularmente útil: queda claro que los vecinos de Kostuké no tienen el menor apuro en acudir en su ayuda. ¡Qué lección! Una vez que el viento cambia de dirección, quien concentra el poder y presiona por fallos absurdos no debe contar con mucho apoyo popular. (El tema de la fragilidad del poder despótico aparece en los poemas de Borges sobre Tamerlán y los Césares).
* * *
¿Parecidos con la historia argentina? ¿Casualidad?

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